
Entre pancartas alusivas a la vida y un profundo silencio, los participantes acogieron la propuesta del arzobispo Javier Del Río Alba, para iniciar los actos de Semana Santa, con el rezo del Vía Crucis, que culminó al promediar las 21:30 horas. El rezo del Vía Crucis fue coordinado por el Centro Pastoral «Juan Pablo II» con la confección de altares en los tres portales de la Plaza de Armas, para cada una de las catorce estaciones, que estuvieron a cargo de diversos movimientos laicales de la Arquidiócesis.
Junto a miembros del clero diocesano y religioso, el pastor de Arequipa, seguido de la multitud, recorrió los catorce altares en los portales de la Plaza de Armas, para desde allí reflexionar en torno al don de la vida en concordancia con el Vía Crucis que ofreciera el Papa Juan Pablo II en el año 1976, cuando aún era cardenal arzobispo de Cracovia-Polonia.
Alrededor de las 21:30 horas, culminando el rezo del Vía Crucis, en el frontis de la Basílica Catedral, monseñor Javier Del Río Alba, agradeció la presencia de niños, familias y miembros de comunidades laicales y religiosas, exaltando la maternidad como uno de los dones más preciados indicando, que nada como la alegría de una madre en gestación que sólo nos habla de vida. Por ello concluyó esta jornada de oración, invitando a orar para que no se atente contra la vida de los niños.
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